lunes, 6 de agosto de 2007

Expedición al Bonete

Bautismo del Cerro “Lautaro” cumbre en el Bonete

BONETE: el gigante de la Puna Sur.

Siguiendo con el plan de ascenso a las mas altas cumbres americanas con un estilo mas cercano a la exploración que al mero ascenso un grupo marplatense abrió una nueva ruta en uno de los gigantes andinos y escaló la virgen cumbre oeste y en primer ascenso el pico Lautaro de 5432 metros.


El Bonete:
El cerro Bonete Chico, de acuerdo a la cartografía oficial del Instituto Geográfico Militar, se yergue íntegramente en territorio argentino, en la provincia de La Rioja, cerca del límite con Chile y con su vecina Catamarca.
Ocupa el quinto lugar dentro de las mas altas cumbres americanas luego del Aconcagua, Pissis, Ojos del Salado y Mercedario. Su cumbre principal alcanza los 6759 mts.
El coloso es parte del círculo de volcanes que rodean la Caldera del Inca Pillo, conformando su borde este. De amplio basamento alberga en su zona alta cinco cumbres: la norte de 6725, la sur de 6675 metros, la este de 6575 metros, la oeste de 6501 metros y la principal de 6759 metros. Además posee varios picos subsidiarios: el SE de 5406 metros, el SO de 5710 metros, el Lautaro de 5432 metros, el Peñas Rojas de 4975 metros y el Hombre Muerto de 4765 metros. De sus laderas norte se desprende el Cordón de los Pioneros con sus seis cumbres, cinco de ellas de mas de 6000 metros. El cordón posee además algunos picos satélites de mas de 5000 metros.
La primera exploración del macizo corresponde a Walter Penck, quien en 1913 accedió por la quebrada de la Troya, al norte de Tinogasta y luego por los valles de los ríos Punillas y del Oro ascendiendo seguramente el cerro Peñas Azules de 5935 metros. Walter Penck afirmó que su altímetro marcó algo mas de 6120 metros y por los datos que indicó en su relato seguramente se trató del cerro antes mencionado, ya que estaba totalmente rodeado por la niebla y no podía observar nada a su alrededor. Algunos autores consideraron que en realidad había escalado el Bonete ya que el geólogo alemán indicó que el cerro ascendido era el coloso riojano, pero ahora no hay dudas que no estuvo en el mismo. Vicente Cicchitti organizó en 1955 una expedición tras los pasos de Walter Penck, logrando seguramente el segundo ascenso del Peñas Azules, ya que siguieron estrictamente el relato, aunque en la cumbre no hallaron signos del alemán. La cartografía oficial argentina indicaba dos Bonetes uno al norte: el Grande y otro al sur: el Chico. La altura del Chico indicada era 6850 metros y la del Grande de 6872 según la Dirección Nacional de Minería y Geología (1962). El misterio de los Bonetes estaba instalado y solo con el ascenso al Bonete Chico en 1970 se dilucidará el tema, dejando claro que el Bonete Chico es el mas alto con 6759 metros y el Grande está ubicado al norte y solo llega a los 5943 metros. Además el llamado también Bonete Grande, pero que en realidad debe denominarse Peñas Azules, es el ubicado al este del Bonete.
El descriptivo nombre de Bonete se refiere a la forma cónica de la cumbre siendo mas “chico” el del 6759 y mas “grande” el de 5943 metros.
En enero de 1970 el profesor mendocino Vicente Cicchitti dirigió la expedición que logró el primer ascenso. La aproximación la realizaron desde Alto Jagüe por el río Bonete y luego por el río del Oro hasta el paraje Peñas Negras. Desde allí trazaron la ruta del primer ascenso en la ladera sureste, llegando a la cumbre Vicente Cicchitti junto con el baqueano Cirilo Urriche el 15 de enero de 1970.
El segundo ascenso fue logrado por Johan Reinhard y Louis Glausser el 1º de febrero de 1986 por una nueva ruta por el norte. El tercero lo realizó el Club Andino y Campamento La Rioja por la ruta de Cicchitti. El cuarto también fue por la ruta Cicchitti y lo protagonizó el francés Philippe Reuter y el quinto fue por la ruta norte y lo realizó Greg Horne de Canadá.
En 1996 la expedición dirigida por Jaime Suárez trazó una nueva vía en la cara suroeste denominándola “GPS”. Con el tiempo se transformaría en la normal. En 1999 una expedición alemana se aproximó desde el Campo de los Burritos Muertos y escalaron el filo oeste. La ruta GPS fue repetida por el grupo mendocino dirigido por Fernando Santamaría y en octubre de 2000 en el marco de la primer expedición marplatense compuesta por Fabián González, Eduardo Namur y Guillermo Almaraz, acompañados por las mendocinas Mirta Sarmiento y Susana Miatello intentamos la ruta GPS trazando una variante por el canalón Sur en vez de tomar el filo SO. Un violento temporal nos envió para abajo desde 6500 metros, destrozando las carpas y provocando algunas perdidas de equipo. La variante trazada resultó mas descansada que la vía del filo pero mas larga, por lo que no es recomendable. El motivo que nos llevó a entrar al canalón fue tratar de encontrar un lugar menos expuesto al viento, debido a que la tormenta se insinuaba desde los días anteriores.

La nueva expedición.
Con el sabor amargo de no haber alcanzado la cumbre preparamos para marzo de 2003 uan nueva expedición al Bonete. El grupo estaba conformado por los mismos tres integrantes que el intento de 2000 sumándose en éste Antonio Moreno.
Partimos de Mar del Plata en la Ford Ranger el 31 de marzo a las 17 horas, llegando al refugio del Peñón al otro día a las 20 hs., luego de 1804 kilómetros y de haber saludado en la calle a Cirilo Urriche, uno de los primeros vencedores del Bonete en 1970. Allí pasamos dos noches, acosumbrándonos a la altura y comenzando un largo campeonato de truco que finalizaría unas semanas después.
Durante nuestra estadía en el Peñón a 3620 metros nos encontramos con Pepe Orqueda, guía de 4x4 de la zona, quien nos informó que Jaime Suárez junto con Mirta Sarmiento y Susana Miatello, estaban en la Caldera del Inca, intentando junto a un grupo bucear en la misma.
El 3 de abril, luego de cargar todo nos fuimos hacia el refugio Pastillos en el derrotero sur de los arreos a Chile. Pasamos por la laguna Verde y tuvimos una vista magnífica del macizo del Potro. Pasamos una muy fria noche allí y luego nos transladamos al refugio Mulas Muertas (4240 metros). Allí establecimos nuestro campo base, con ciertas comodidades. Limpiamos el refugio y acondicionamos el fogón para calefaccionarnos. Armamos la despensa y nos entregamos a los placeres gastronómicos y al juego. El truco siguió con su rumbo ya marcado en el Peñón y Pastillos y los veteranos no nos permitieron ganar nunca un grande, y la gastronomía determinó los mayores placeres y se coronó un nuevo líder en la competencia de chef de alta montaña, con una pizza a las brasas con berenjenas, dejando en segundo lugar al pastel de papas que reinó desde la expedición al Llullaillaco de abril de 2000.
También allí comenzó el show de comunicaciones a cargo de Eduardo Namur, estableciendo contactos en dos horarios al día con Mar del Plata y Tandil a travéz de un equipo de radio VLU, que ya había hecho funcionar en el Peñón y Pastillos.
El 5 de abril recorrimos la aproximación de la ruta normal desde el refugio Veladero y durante la tarde ascendimos una cumbre secundaria del Morado de 4828 metros.
El 6 de abril nos levantamos antes del amanecer y cuando salía el sol estábamos entrando por la pampa del Veladero en dirección al campo de los Burritos Muertos para luego acceder por el río del Medio a la quebrada Las Piedras y por un duro y exigente trayecto al enorme cráter del Inca Pillo.
Avanzamos en dirección al borde oeste de la laguna y llegamos al punto S 27º 53 47, W 68º 51 07 a 5551 metros. Desde allí el panorama era soberbio y todos coincidimos que la visión de la Cladera es uno de los paisajes mas llamativos de la cordillera. Personalmente hacía tiempo que no me asombraba tanto un paisaje. Fotografiamos desde varios ángulos el Pissis, el Reclus, el Gemelos y el Baboso y nos detuvimos a estudiar pormenorizadamente la cara norte del Bonete buscando una posible ruta, sin encontrar un trayecto económico o atrayente. Luego bordeamos por el sur la laguna y accedimos al punto S 27º 54 32 y W 68º 46 12 y a 5577 metros en el sector este de la caldera.
Desde allí observamos detenidamente el Cordón del Bonete, llamado Cordón de los Pioneros, con sus cinco cumbres de mas de 6000 metros.
Nuestra intensión era escalar la cumbre de 6092 metros pero debido a lo avanzado de la hora decidimos dejarla para otro viaje. Tuvimos tiempo todavía para recorrer la ladera oeste del cordón encontrando una laguna no indicada en la carta.
Regresamos al refugio entrada la tarde, sintiendo algunos efectos de la puna.
La estadía era tan placentera que decidimos permanecer mas tiempo en Mulas Muertas y partir en otra exploración hacia el Peñas Azules y la ladera SE del Bonete, por donde discurre la ruta original.
El día 7 de abril, bordeamos con la camioneta la Laguna Mulas Muertas por el norte y avanzamos por la Pampa del Tambero siempre siguiendo el cauce seco del río Tambero. El Bonete iba ganando importancia, pero en un momento el Peñas Azules parecía por la perspectiva mas alto. Luego de algunas fotos regresamos al refugio a continuar con el truco.
Finalmente el 9 de abril, tras permanecer el 8 en el refugio por la presencia de niebla durante toda la mañana, partimos hacia el Bonete.

La ruta de los neveros (OSO)
Avanzamos por el camino hasta casi el refugio Veladero, donde ingresamos a la Pampa del Veladero. Comparado con nuestro intento de 2000, donde no había casi huellas, ahora había un camino casi marcado. Avanzamos hasta el hito del IGM ubicado a 4677 metros de acuerdo al plan, y seguimos el cauce del arroyo indicado en el mapa. Nuestra intención era encontrar un lugar con agua o con hielo para derretir y este derrotero parecía mas adecuado que el itinerario normal.
Pudimos llegar con la camioneta hasta los 5000 metros luego de recorrer 37 kilómetros desde Mulas Muertas. El lugar estaba protegido por altos penitentes y durante la tarde un hilo de agua corría entre las piedras. El sitio era ideal e incluso pensamos que podría convertirse en el campamento base del Bonete. De ser así, tanto el Pissis como el Bonete tendrían campamentos base de expediciones marplatenses. Al pensar en esa posibilidad creímos conveniente bautizar el lugar, pensamos, pensamos y lo único que se nos ocurría era Mar del Plata o marplatense, hicimos una pirca, pusimos un tubo blanco como tótem y un frasco con nuestros nombres y el nombre “marplatense”, ya que otro no surgió. Esperemos que algún poeta sugiera otro nombre mas romántico, aunque mas no sea “penitentes” en “honor” a los vigías del campamento.
El 10 de abril permanecimos en el campamento con sol y debido a lo protegido del lugar sin viento. Luego de varias rondas de mate y que Eduardo se comunicara varias veces con Mar del Plata, salimos a explorar la quebrada que nos llevaría a las partes altas del Bonete. Caminamos una hora y llegamos al plateau de los 5500 metros. Allí nos refugiamos del viento tras unas grandes rocas y vimos claramente la ruta de Jaime, hoy convertida en normal, y la nueva que podríamos abrir en la ladera OSO. La nueva ruta era quizá mas directa y además trazaba una línea sobre tres o cuatro grandes neveros lo que la hacía mucho mas interesante que la normal. Dibujé la ruta en la libreta para hablarlo con Fabián cuando volviéramos al campamento y volvimos sobre nuestros pasos.
Al llegar ya refrescaba e hicimos la última comunicación. Cenamos y luego nos acostamos.
El 11 de abril salimos a las 11 de la mañana hacia el campamento 1. Toni había decidido no participar del intento y nos esperaría en el base, pero igualmente ese día colaboraba llevando algo de carga. Avanzamos por la quebrada del arroyo congelado y llegamos luego de dos horas al primer gran nevero (5500 metros). Allí Toni se despidió de nosotros deseándonos mutua suerte para los sendos ascensos que emprenderíamos: el Bonete y el pico de 5432 que finalmente Toni bautizaría como Lautaro.
Con los grampones puestos avanzamos rápido por el hielo y en otra hora llegamos a una parte fina y empinada del nevero llena de penitentes. Salimos hacia nuestra derecha para esquivar los penitentes y luego de una caminata por pedrero llegamos a la base del segundo nevero (S 28º 01 57 W 68º 47 26). Hacía cuatro horas que habíamos salido del base pero ya estábamos a 5700 metros y erala altura planeada, por otro lado había un lugar plano y teníamos hielo para derretir. Tomamos unos mates y armamos la carpa y comimos algo. Cuando caía el sol ya habíamos tomado una sopa y varias rondas de mate y nos acomodamos para dormir. La noche pasó en calma y nos levantamos ya cuando los rayos del sol nos calentaban.
Nuevamente con los grampones avanzamos rápido por el hielo e incluso cruzamos alunas pequeñas grietas en los cambios de pendiente. Fabián filmó algo y Toni se comunicó por el handy desde la antecumbre del pico de 5432 metros y nos informó que seguía hasta la cumbre. Una hora después, nosotros seguíamos ascendiendo ya por otro pequeño nevé y Toni se comunicó desde la cumbre. Había llegado allí y había comprobado que no había ascenso anterior. El pico de color rojizo y visible claramente desde la pampa del Veladero recibió el nombre de Lautaro. Toni levantó una pirca y depositó un papel con los datos del ascenso.
A los 6000 metros comenzamos a buscar un lugar para acampar, encontrando un sitio plano y con hielo para derretir a 6070 metros (S 28º 01 30 W 68º 46 55). Armamos la carpa y tomamos mate. Luego comimos unas galletitas con bondiola y todavía con sol nos metimos en las bolsas.
El 13 de abril salimos a las 7 de la carpa y avanzamos por el canalón OSO. A aproximadamente 6200 metros encontramos una caña clavada entre unas piedras y un testimonio de un intento de varios años atrás de nuestro amigo Horacio Sánchez de Córdoba. Continuamos ascendiendo lentamente y al ver que el acceso al col oeste era bastante abrupto optamos por montarnos al filo que daba a la cumbre oeste.
Continuamos entre bloques mas grandes y en una repisa descansamos observando el escalón que llevaba al col oeste haciendo especulaciones si podríamos bajar por allí. Una hora mas tarde llegamos a la cumbre oeste a 6501 metros según el mapa y 6520 según el GPS donde descansamos una rato (S 28º 01 23 W 68º 46 00). Al llegar primero tuve la oportunidad de recorrer el amplio sector cumbrero y buscar las peñas mas altas donde dejé un caramelo. La emoción por haber coronado la última cumbre virgen del Bonete se vio algo opacada por la visión aún lejana de la cumbre y el desnivel que deberíamos perder para luego volver a escalar en busca de la principal. Desde ésta cumbre divisábamos claramente el col oeste y el col sur donde habíamos llegado dos años y medio antes en nuestro intento anterior.
Descendimos según el GPS hasta 6430 metros y desde allí lentamente comenzamos a cruzar el plateau hacia la antecumbre de la principal.
Los últimos tramos son algo inclinados y al llegar al filo de la cumbre dejamos los bastones y avanzamos con cuidado hasta el punto mas alto junto con Fabián. Eduardo llega y emocionados nos abrazamos. Fotos y testimonios. El GPS indicó 6765, solo 6 metros de diferencia con la señalada por el IGM. De acuerdo a lo planeado hicimos un pequeño homenaje en honor a Vicente Cicchitti el primer ascensionista del cerro que hoy nos tenía en la cumbre. La idea había surgido en el año 2000 en nuestro anterior intento y entre los integrantes de aquella expedición tejimos un rosario de soga para dejar en la cumbre en honor a Vicente, debido a que conocíamos que el profesor mendocino llevó uno con él durante todas sus ascensiones e incluso lo acompañó en su última morada.
Permanecimos una tranquila hora en la cumbre apreciando una vez mas la puna desde uno de sus puntos mas altos, e identificamos casi todos los 6500 de la zona como así también varios cerros emblemáticos de Atacama. Emprendimos el descenso directamente hacia el col oeste donde llegamos y decidimos bajar por el canalón OSO. Observamos desde allí que también es posible transitar el filo oeste que termina cerca del campo de los Burritos Muertos, quizá por allí subieron los alemanes de 1999 que dejaron el testimonio que observamos en la cumbre.
Al alcanzar el escalón rocoso buscamos una posible bajada y desescalamos con cuidado. Llegamos a la carpa todavía con sol pero pronto comenzó a oscurecer. Tomamos café con leche y desarmamos la carpa y emprendimos el descenso dejando preparadas las linternas.
Con la noche clara caminamos a través de los neveros iluminados con la luna, siendo una experiencia difícil de repetir, un descenso cansados pero contentos de haber logrado el objetivo y en un marco natural impactante iluminados por la tenue luz lunar.
Bastante agotados descansamos a 5500 metros en el lugar donde nos habíamos despedido de Toni y los últimos tramos los hicimos con las últimas fuerzas llegando a las carpas a la 1:00 de la madrugada del 14 de abril.
Tomamos gaseosa y despertamos a Toni, que nos felicitó pero dijo tener frío así que se metió rapidamente en la carpa sin darnos mucha bola. Eduardo se acostó con el viejo, Fabián en la camioneta y yo solo en la carpa con la botella de Coca.
Al otro día desarmamos el campamento y con la camioneta descendimos a Mulas Muertas. Cargamos las cosas que teníamos allí y desandamos el camino hacia Alto Jagüe donde no pudimos saludar a Cirilo ya que estaba en la capital de la provincia. A la tardecita tomamos unas cervezas pasando Vinchina charlando sobre el posible futuro gobierno del riojano Menem con sus coterráneos.
Esa noche festejamos como es habitual con milanesa napolitana con papas fritas y huevos fritos con bastante cerveza. Terminamos la noche jugando al pool en un bar de Villa Unión.

1 comentario:

elizabeth dijo...

Hola,nos gustó mucho el relato de la expedición al Bonete.Somos un grupo de cuatro Venezolanos y nos gustaría tener mayor información de esa montaña y de la zona aledaña a ella.Nuestro interés obedece a que estamos planeando ese ascenso .Mucho le sabríamos agradecer nos hiciera llegar la información al respecto -
Atentamente,
Elizabeth Sánchez